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Publicado el
15 de Febrero, 2008, 9:58
AUNQUE SEA TARDE PERO NO PODEMOS DEJAR DE PASAR ESTA FECHA TAN ESPECIAL ....VAYA POR EL AMOR....
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14 de Febrero, Día de San Valentín Día del Amor y la Amistad |
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Estimados suscriptores:
El 14 de febrero es el
cuadragésimo quinto (45º) día del año en el Calendario Gregoriano. Es
decir, nos quedarían 321 días para finalizar este año 2008 bisiesto. El
Día de San Valentín es una celebración tradicional en la que los
enamorados, novios, amigos o esposos expresan su amor o cariño
mutuamente. Se celebra el 14 de febrero, onomástico de San Valentín. En
muchos países se le llama el Día de los enamorados y se conoce como Día
del Amor y la amistad. En la actualidad, se celebra mediante el
intercambio de notas de amor conocidas como "valentines", con símbolos
como la forma simbólica del corazón y Cupido. Desde el siglo XIX se
introdujo el intercambio de postales producidas masivamente. A esta
práctica se sumó el dar otro tipo de regalos como rosas y chocolates,
normalmente regalados a las mujeres por los hombres. En el calendario
de la Antigua Atenas, el periodo comprendido entre mediados de enero y
mediados de febrero era el mes de Gamelion, dedicado al sagrado
matrimonio de Zeus y Hera. En la antigua Roma, el 15 de febrero se
celebraban las Lupercales, en honor de Fauno Luperco, dios de la
fertilidad.
Connotaciones
Esta
fiesta ha tenido distintas connotaciones en los países tal es así que
en Colombia no se celebra el 14 de febrero sino en septiembre, pues
comercialmente febrero es el mes de la temporada escolar en la mayor
parte del país. Es común la tradición del amigo secreto, que consiste
en sortearse el recipiente de un regalo -hombre o mujer- sin que este
sepa quién se lo obsequió. En México se demuestra el amor entre los
novios o esposos con rosas. En Perú esta fiesta se le conoce como el
día del Amor y de la Amistad. Es común el regalo de rosas entre los
amigos y familiares. Tal es así que según el color de la rosa se esta
expresando un mensaje. Por ejemplo: la rosa roja simboliza el amor, la
blanca representa la paz y la amarilla la amistad. Por su parte en
Japón, además del festival de Tanabata (七夕), versión local del Qi Qiao
Jie, el Día de San Valentín se celebra desde mediados del siglo XX,
impulsado inicialmente por la compañía de chocolates Morozoff en 1936.
Como particularidad, se destaca el hecho de que son las mujeres quienes
regalan chocolates a los hombres, ya sean sus familiares, amigos o
compañeros de trabajo. En este último caso, el obsequio se vuelve casi
una obligación, pues deben regalarles chocolates a todos sus colegas
(義理チョコ giri-choco, de giri, "deber", y choco, apócope de chokoreeto,
"chocolate"). Como una especie de compensación, también producto del
mercadeo, los hombres devuelven el favor un mes después, el 14 de
marzo, celebración conocida como White Day ("Día blanco"), día en el
cual se suelen regalar chocolates blancos, malvaviscos o cualquier
obsequio de color blanco, incluso ropa interior. En Guatemala se conoce
como el día del amor y la amistad. Las personas lo demuestran haciendo
de intercambio por ejemplo amigos secretos, regalando rosas los hombres
a las mujeres, chocolates y pequeños detalles que demuestren amor y
amistad.
Historia de Cupido
Cupido
es uno de los símbolos de San Valentín, se le conoce como un niño alado
y armado con arco y flechas que son disparadas a dioses y humanos,
provocando que se enamoren profundamente. En ocasiones lleva también
los ojos vendados, para mostrar que el amor es ciego. Su propia
historia de amor aparece narrado en su forma más completa en la novela
latina "El asno de oro" o "Las Metamorfosis" de Apuleyo (siglo II
d.C.). En la antigua Grecia cupido era conocido como Eros, el hijo
joven de Afrodita la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Para
los romanos cupido es el dios del amor hijo de Venus y de Marte, dios
de la guerra. Cupido era ayudante de su madre Venus, dirigía la fuerza
primordial del amor y la llevaba a los mortales. Era pícaro y
carismático, pero a veces cruel con sus víctimas, ya que no tenía
escrúpulos. A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas
con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de
plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia. Consciente del
poder que tenia, a veces rechazaba las peticiones de su madre y los
demás dioses de interferir en el curso de la vida de algunos mortales
así que provocaba frecuentes problemas a los dioses.
Un
día se enfadó con Apolo cuando éste bromeo sobre sus habilidades como
arquero, así que Cupido hizo que Apolo se enamorara de la ninfa Dafne y
a ella le disparó una flecha con punta de plomo. Dafne rezó al dios río
Peneo pidiendo ayuda y fue transformada en un árbol de laurel, que se
consagró a Apolo. Así entre rebeldía y travesuras, cupido cumplía con
su cometido, al paso del tiempo Venus comenzó a preocuparse porque su
hijo no crecía, así que en busca de una respuesta se dirigió al Oráculo
de Temis, quien le dijo: "El amor no puede crecer sin pasión". Venus no
comprendió la respuesta hasta que nació su hijo Anteros, dios de la
pasión. Cuando estaba junto a él, Cupido crecía y se transformaba en un
hermoso joven, pero cuando se separaban, volvía a ser un niño. Por otro
lado en la Tierra de los mortales vivía una princesa llamada Psique
(Alma), que a pesar de ser tan bella no lograba encontrar marido pues
los hombres que la idolatraban no se sentían dignos de ella. Su padre
intentó hallar a través del oráculo de Delfos un buen marido para
Psique, pero éste predijo que ella encontraría el amor en un
precipicio. El marido que le sería destinado, una serpiente alada,
terrible y poderosa, llegaría hasta ella y la haría su esposa. Venus
celosa por la gran belleza de Psique le pidió a Cupido que la hiciera
enamorarse locamente del hombre más feo, vil y despreciable del mundo.
Enterada de que se encontraba en el borde del abismo, envió a su hijo a
dispararle sus flechas pero este al verla, se enamoró profundamente de
ella y creció hasta convertirse en un apuesto joven.
Contra
los deseos de Venus, Cupido llevó a Psique por arte de magia a un
castillo aislado y se casó con ella, teniendo la condición de que como
simple mortal, tenía prohibido mirarlo. La princesa al sentirlo cerca y
escuchar su dulce voz no sintió temor, estaba segura que no era un
monstruo, sino el amante esposo que tanto tiempo había deseado. Él la
visitaba todas las noches rogándole siempre que no viera su rostro.
Eran muy felices hasta que convencida por sus envidiosas hermanas,
Psique rompió la prohibición impuesta por los dioses y miró a su
marido. Eso le valió el castigo de ser abandonada por Cupido, quien con
tristeza se despidió diciéndole: "El Amor no puede vivir sin
confianza". Expulsada del castillo, la arrepentida princesa recorrió el
mundo en busca de su amado, superando una serie de desafíos cada vez
más difíciles y peligrosos impuestos por Venus. Como última instrucción
le dio una pequeña caja indicándole que la llevara al inframundo. Tenía
que llevar un poco de belleza a Proserpina la esposa de Plutón. Se le
advirtió también que por ningún motivo debía abrir la caja. Psique se
alistó para el viaje y durante él se enfrentó a varios peligros que
fueron superados gracias a los consejos dados, sin embargo la
curiosidad por abrir la caja la venció así que lo hizo y al momento
cayó en un profundo sueño que parecía la muerte.
Cupido
al encontrarla, le retiró el sueño mortal de su cuerpo y lo puso de
nuevo en la caja. Finalmente la perdonó al igual que Venus. Fue tanto
lo que ella luchó que finalmente los dioses conmovidos por el amor de
Psique hacia Cupido, la convirtieron en una diosa para que pudiera
reunirse con su amado. Felizmente Cupido y Psique: El Amor y el Alma,
se unieron tras duras pruebas. De esta unión nació una hija llamada
Voluptas cuyo nombre significa "Placer", de donde derivan palabras como
voluptuosidad. A partir de la historia de estos dos personajes el amor
ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha: la
flecha de Cupido.
Historia de San Valentín Allá por el
año 270 d.C. Roma estaba en plena decadencia y toda ayuda era poca para
evitar que el Imperio se desmorone. Al emperador Claudio III, que sabía
lo que se jugaba en el campo de batalla, le da por pensar que los
hombres casados rinden menos porque están emocionalmente ligados a sus
familias y que los solteros son mejores soldados. Así que prohíbe el
matrimonio. Por supuesto, la noticia no es bien acogida. Valentín, un
obispo cristiano, decide quejarse a su manera y en secreto comienza a
unir en sagrado matrimonio a las parejas de jóvenes enamorados que a el
acudían. Cuando el emperador lo descubre hace detener a Valentín e
intenta convencerle para que renuncie al cristianismo, como no lo
consigue lo condena a morir. Durante las últimas semanas de su vida,
algo verdaderamente impresionante sucedió:
El carcelero,
habiendo visto que Valentín era un hombre de letras, pidió permiso para
traer a su hija, Julia, para recibir lecciones de él. Julia, quien
había sido ciega desde su nacimiento, era una joven preciosa y de mente
ágil. Valentín le leyó cuentos de la historia romana, le enseñó
aritmética y le habló de Dios. Ella vió el mundo a través de los ojos
de Valentín, confió en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila
fortaleza. -"¿Valentín, es verdad que Dios escucha nuestras oraciones?" Julia le preguntó un día. -"Si, mi niña. El escucha todas y cada una de nuestra oraciones," le respondió Valentín. -
"¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada mañana? Yo rezo porque
pueda ver. Tengo grandes deseos de ver todo lo que me has contado!" Valentín le contestó, -"Dios siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos en El." -"Oh, Valentín, yo si creo en Dios", dijo Julia con mucha intensidad. -"¡Yo creo!" Ella
se arrodilló y apretó la mano de Valentín. Se sentaron juntos, cada uno
en oración. De pronto, una luz brillante iluminó la celda de la
prisión. Radiante, Julia exclamó, - "¡Valentín, puedo ver, puedo ver!" - "Gloria a Dios!" exclamó Valentín.
En la víspera de su muerte, Valentín le escribió una última carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó: "De Tu Valentín", iniciando así la tradición de enviar mensajes de amor. Fué
ejecutado el día siguiente, el 14 de febrero del año 270, cerca de una
puerta que más tarde fuera nombrada Puerta de Valentín para honrar su
memoria. Fué enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma.
Se cuenta que Julia plantó un Almendro de flores rosadas junto a su
tumba. Hoy, el árbol de almendras es un símbolo de amor y amistad
duraderos.
Algo sobre la Amistad Test de la Amistad Siempre
hemos escuchado la expresión: "El ser humano es social por naturaleza,
crece y madura con el trato con otras personas". Y así como la familia
nos proporciona fundamentalmente compañía, cotidiano afecto,
incondicional apoyo, estabilidad emocional y una dimensión
trascendental de la vida como un proyecto compartido o el progreso de
nuestros hijos, los amigos aportan preferentemente diferencia,
diversidad, entretenimiento, la posibilidad de desarrollar aficiones y
de comunicarnos en un ambiente de cordialidad e inhibiciones. Y, en
muchas ocasiones, la oportunidad de evadirnos de nuestros problemas
cotidianos. Pero no todos los amigos son igual de importantes; hablemos
hoy de esos que muestran interés por lo que nos ocurre, de los que
siempre están dispuestos a darnos un buen consejo, apoyo, cercanía y
afecto; en otras palabras, los buenos amigos, los imprescindibles.
La
mayor parte de nosotros tiene amigos, o los ha tenido. Pero, con el
paso del tiempo, cambiamos de manera de ser, nos casamos y tenemos
hijos y eso nos lleva a centrarnos en otras prioridades. Otros
obstáculos son la distancia motivada, por ejemplo, por un cambio de
residencia. Un posible freno más: compartir amigos con nuestra pareja y
con sus amigos. Además, conforme pasan los años, algunos tendemos a
volvernos más reservados, egoístas, maniáticos o individualistas. Así,
nos hacemos exigentes y menos abiertos, tolerantes y comprensivos, con
lo que nos cuesta mucho hacer nuevos amigos e incluso mantener los que
ya teníamos. Con lo fácil que es perder un amigo, qué difícil resulta
recuperarlo. Pero sepamos que una persona que muestra capacidad para
hacer nuevos amigos evidencia una apertura mental y una sociabilidad
superiores a quien se ve incapaz para conseguirlo. Cada persona, de
todos modos, es un mundo: algunas gustan de amistades íntimas y otras
prefieren una relación más superficial, pero también hay quienes tienen
unos pocos amigos íntimos mientras que con los otros comparte la vida
social menos personal. La clave no es tener muchos amigos, sino los
suficientes para satisfacer nuestra necesidad de relación ajena a la
familia, los vecinos o el trabajo. Podemos tener muchos amigos y que,
sin embargo, no nos "llenen". En ese caso, es hora de plantearnos la
necesidad de cambiar o ampliar nuestra red de amigos.
La amistad
es una relación de reciprocidad. No vale que se quiera mantener una
amistad con alguien, ambas personas han de desearlo y deben participar
de un similar concepto de lo que significa la amistad y de la
implicancia que ello conlleva. Para reflexionar y para decidir sobre
nuestras dudas, para admitir sin derrumbarnos las frustraciones y el
dolor, necesitamos experiencias, conocimientos y seguridades que han de
provenir también de nuestro exterior y de nuestra familia. Gracias a
los amigos nos vamos conociendo, encontramos nuestros defectos, nos
desarrollamos y tenemos la compañía necesaria para recorrer la vida sin
miedo excesivo a las caídas, ya que actúan como amortiguador, como un
punto de apoyo para continuar en el camino.
Es cierto que no con
todos los amigos mantenemos la misma cercanía emocional. La diferencia
estriba en la cantidad y calidad de lo que compartimos, en el grado de
implicación, intimidad y complicidad en la que interactuamos. Las
situaciones difíciles por las que todos pasamos se encargan de decantar
la calidad de nuestras amistades. Porque es muy habitual que amigos de
toda la vida mantengan una relación superficial en la que compartir el
tiempo de ocio es el único afecto de la relación.
Dra. Janett Mostacero Llerena Ms. Carlos Vargas Cárdenas Febrero 14 del 2008 |
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Editores Responsables:
Dra. Janett Mostacero Llerena;
Doctora en Economía (Universidad Nacional de Trujillo, Perú),
Especialista en Negociación (Johaness Kepler University, Austria),
Master en Administración de Negocios (UNT, Perú), Master en
Administración Educativa (New Mexico University, EEUU), Contadora
Pública (UNT, Perú) y Administradora de Empresas (UNT, Perú).
Ms. Carlos Vargas Cárdenas;
Doctorando en Economía y Desarrollo Industrial (UNT, Perú), Master en
Economía-Gestión Empresarial (UNT, Perú), Postgrado en Finanzas (ESAN,
Perú), Especialista en Proyectos de Inversión (ONUDI), Ingeniero Civil
(UNPRG, Perú). |
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