Publicado el 16 de Noviembre, 2007, 15:08
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Publicado el 16 de Noviembre, 2007, 14:46
.....aplicó el mismo modelo de análisis a Francia, a Reino
Unido y a Japón para concluir que el modelo neoliberal conduce a más
desigualdad, a altas tasas de pobreza, a un sistema de salud ineficiente y
demasiado costoso, en contraste con las mejoras sociales que promueven otras
políticas. Robert J. Gordon Lo más rico del mundoEn los últimos 30 años, ha crecido de manera notable la brecha de desigualdad en cada país. Sobre todo, en Rusia y en los antiguos países comunistas y en economías emergentes, como India, China o Brasil. En EEUU, el 1% de la población de Estados Unidos controla más del 7% de la renta. 16-11-2007 -
Bill Gates ha dejado de ser el hombre más rico del mundo. El mexicano, Carlos Slim es, según la revista Forbes, la nueva fortuna más grande del planeta. Con ello, surge la pregunta de cómo se puede crear semejante fortuna en un país con un 60% de su población bajo el umbral de la pobreza. “Un mal de los países empobrecidos”, según el argumento fatalista que no deja de repetirse. Robert J. Gordon, experto en economía de Northwestern University, en Chicago, ha realizado un análisis de la distribución de la renta en Estados Unidos. Sus conclusiones indican a que África y América Latina han dejado de ser únicas las regiones donde los pobres son cada vez más pobres y los ricos más ricos. En los últimos 30 años, esa brecha de desigualdad ha crecido de manera notable en Estados Unidos y es un fenómeno que se extiende a Rusia y a los antiguos países comunistas, así como a economías emergentes, como India, China o Brasil. Según Gordon, el 1% de la población de Estados Unidos controla más del 7% de la renta. En la “edad dorada” de la economía mundial, esa proporción no rebasaba el 2% de la renta nacional. Después de la Gran Depresión y de dos guerras mundiales, Estados Unidos y otras potencias optaron por un modelo económico keynesiano, que fomentaba el pleno empleo, el incremento en el gasto público y políticas sociales. Gordon aplicó el mismo modelo de análisis a Francia, a Reino Unido y a Japón para concluir que el modelo neoliberal conduce a más desigualdad, a altas tasas de pobreza, a un sistema de salud ineficiente y demasiado costoso, en contraste con las mejoras sociales que promueven otras políticas. En términos absolutos, los sueldos en Estados Unidos son mucho más elevados que en Europa. Sin embargo, los impuestos de los ciudadanos europeos se distribuyen de manera más equitativa para garantizar el acceso de todos los ciudadanos a los que han sido los pilares del Estado de Bienestar: sanidad, educación, pensiones y, ahora, leyes que protegen a las personas en situación de dependencia. Según Joaquín Almunia, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión, cuando se considera el impacto de estos beneficios sociales, las desigualdades se reducen en un 40% en los países europeos. El doble de lo que se calcula en Estados Unidos, que no cuenta con un sistema sanitario público y gratuito, y donde su sistema de educación pública está sumido en una fuerte crisis. La unión económica y monetaria de Europa ha protegido a sus ciudadanos de las turbulencias financieras y de las crisis de tipo de cambio que afectan de manera más directa a los sectores menos favorecidos en las economías que no cuentan con políticas de protección social. El FMI apoya algunas de esas tesis en un informe. Según este organismo, los únicos países que han logrado el recorte de estas desigualdades se encuentran en el África subsahariana y en los países asiáticos menos “desarrollados”, cuya población con menos recursos ha registrado los mayores incrementos en renta per cápita. Los países latinoamericanos son los únicos que no han seguido esta tendencia. Las políticas neoliberales agresivas adoptadas por varios de estos países se suman a una pobre recaudación fiscal que deja al Estado incapacitado a la hora de ofrecer a sus ciudadanos una educación y sanidad públicas de calidad, además de unas pensiones dignas. Los sueldos que perciben los cuerpos policiales y los estratos más bajos del funcionariado público retroalimentan la corrupción, la extorsión y el crimen organizado, mientras algunos dirigentes de sindicatos se conforman y se benefician del corporativismo. El Ejecutivo mexicano, por ejemplo, ha manifestado preocupación por el exceso de militares que ingresan en las filas del narcotráfico. Los cárteles se sirven de sus conocimientos del funcionamiento de los cuerpos policiales y militares y les ofrecen cantidades diez veces superiores a sus sueldos públicos. La frase “es la economía, estúpido” de Bill Clinton nunca ha tenido tanto sentido. La protección sanitaria y medioambiental, la educación de millones de niños y jóvenes que representan la esperanza de futuro de los pueblos, las pensiones de los mayores que han servido a su comunidad depende de que los Estados sean capaces de recaudar los fondos necesarios para ello y, sobre todo, de garantizar su justa distribución. Carlos Miguélez |
Publicado el 16 de Noviembre, 2007, 14:30
....Y les apuesto, que la gran mayoría son migrantes latinoamericanos __________________________________ En el país más rico, uno de diez pasa hambreMás de 10 por ciento de los habitantes de Estados Unidos pasan hambre, según datos oficiales según los cuales los programas gubernamentales de asistencia alimentaria no pueden resolver el problema en el país más rico del planeta. 16-11-2007 - Más de 35 millones de personas en este
país de 294 millones sufrió hambre el año pasado, 390.000 más que en
2005, según el último informe sobre Seguridad Alimentaria Hogareña del
Departamento de Agricultura.
De ese total, 12,6 millones son niños. Esto significa que casi 20 por ciento de la población infantil de Estados Unidos no tuvo suficiente comida o, si la tuvo, no puede dar por seguro que seguirá siendo así en el corto plazo.
El estudio, que se hizo público el miércoles, coincide con el debate en
el Congreso legislativo de un programa que incluye desde subsidios
agrícolas hasta programas alimentarios para los pobres, y que tendrá
vigencia durante cinco años.
"Estados Unidos es la única nación rica que se permite tener gente que pasa hambre en su territorio", dijo el presidente de la organización no gubernamental Pan para el Mundo, David Beckmann. Jim Weill, presidente del Centro de Investigación y Acción en Alimentos, considera que la situación se agravó desde diciembre de 2006, cuando se realizó el último estudio al respecto.
"El costo de la comida, la energía y la vivienda sigue aumentando,
mientras los salarios se congelan o bajan. La economía familiar está
contra la pared. Debemos trabajar más para asegurar que los hogares
pobres accedan a comidas sanas, mejorando y ampliando programas que
demostraron ser exitosos", agregó.
Beckmann calificó al programa nacional de cupones de comida como "el abanderado de la seguridad nutricional para los estadounidenses", pero considera --como la mayoría entre quienes analizan el asunto-- que debe ser perfeccionado.
Este programa asiste mensualmente a 26 millones de personas,
permitiéndoles usar los cupones, en lugar de dinero, para comprar
alimentos incluidos en una lista predeterminada. Según Beckmann, es una
ayuda insuficiente.
"La asignación promedio de un dólar por comida por persona no alcanza para pagar alimentos nutritivos y adecuados", afirmó. Pan para el Mundo planea difundir su propio Informe del Hambre el próximo lunes. El proyecto de ley para la agricultura incluye los cupones de comida. "Los legisladores tienen la oportunidad de hacer que el ingreso al programa sea más sencillo, actualizar el monto de los beneficios de acuerdo con el costo de vida, en lugar de dejar que pierdan terreno ante la inflación", señaló Weill. Según los datos oficiales, 10,4 por ciento de los adultos en Estados Unidos y 17,2 por ciento de los niños pasaron hambre en 2006.
De los 35,5 millones de personas que lo sufrieron, 11,1 millones viven
en hogares considerados como de "muy baja seguridad alimentaria", un
nuevo término acuñado por el gobierno en reemplazo de "inseguridad
alimentaria con hambre". El total aumentó a este nivel de los 10,8
millones registrados en 2005.
La cifra coincide con otros estudios que revelan el deterioro de las condiciones de vida de los más pobres. Los hogares de familias negras y las de origen latinoamericano son los que más sufren el problema. En ellos, la inseguridad alimentaria llega a 21,8 y 19,5 por ciento, respectivamente. Estos datos concuerdan con estudios oficiales según los cuales no hubo cambios en los niveles de pobreza, a cinco años del fin de la recesión económica en Estados Unidos. Un pequeño aumento en el ingreso por casa de familia no logró sacar de la pobreza a un número significativo de personas, según informó en agosto el Departamento de Estadísticas y Censo de Estados Unidos. La tasa de pobreza cayó a 12,3 por ciento en 2006, respecto del 12,6 por ciento de 2005, pero se mantiene sobre el 11,3 por ciento registrado en 2000, último año en que se constató una reducción.
Según los datos del gobierno, los ingresos familiares aumentaron
modestamente porque más miembros trabajan y contribuyen al hogar, pero
no todos se han beneficiado con esta tendencia. En las áreas rurales, la pobreza se mantiene a un nivel de 15,2 por ciento, tres puntos porcentuales sobre el promedio nacional. El año pasado, 7,2 millones de personas que viven en el campo cayeron bajo la línea de pobreza a pesar del sostenido aumento en los precios de los productos agrícolas. Las personas de mayor edad fueron las que hicieron mejorar las estadísticas. Tomados como grupo están mejor que en 2001. En cambio, los niveles de pobreza para los niños y adultos en edad para trabajar no se modificaron respecto de 2005 y están por encima de los registros de 2001, cuando la recesión económica tocó fondo. Según el Censo de Estados Unidos, había 36,5 millones de pobres en 2006, casi tantos como el año anterior. Abid Aslam IPS |